Miraba en el espejo y mientras observaba detenidamente aparaceció, ahí estaba mi antiguo yo, mirándome de arriba a bajo como reprochándome: 1 año y medio de lucir fabulosa y me estás trayendo de vuelta, me reprochaba, ¿acaso olvidaste que soy la razón por la que aún no te casas y soy la representación perfecta de que no tienes exactamente lo que quieres y cómo quieres?
Lo que me hizo pensar: ¿qué carajos estoy haciendo con mi vida? Estoy desperdiciando una oportunidad que me apareció de repente, que no busqué y que... Le caí en gracia a quien me concedió este deseo de superación corporal que muchos anhelan y buscan desesperadamente. Gente que confió en que mi mente lo aceptaría y lo mantendría.
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Nunca me molestó ser gorda, pero no había entendido la magnitud de mí sobrepeso, ni de cómo no me había llamado la atención hasta que comparé las fotos y mi cuerpo hizo su llamado de alerta y de qué manera, me dio aproximadamente un año de período menstrual y lo extraño sin sufrir de anemias, ni de presión arterial, ni diabetes, pero un año menstruando es un mal que no le deseo a nadie y luego de hacerme todos los estudios habidos y por haber, visitar a varios especialistas, solo uno dio con el problema: Ovarios poliquísticos, la razón por la me crecen bellos en la barbilla y de un sangrado que parecía interminable.
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Hacer cambios en nuestras vidas depende de nosotros mismos y para ver resultados debemos ser constantes, porque de lo contrario lo que te tomó un año lograr lo puedes dañar en menos de un mes.
Debemos entender que el sobrepeso es una enfermedad y hay que tratarla al igual que una adicción, porque así lo es.