Fuente Externa |
Una niña jugaba en el jardín de su casa, como no tenía muñecas usaba los palitos de fósforo quemados, los que estaban mas quemados eran las damas, los menos eran los caballeros y tardaba horas y horas inventando historias en su mente y hablaba con sus personajes, su madre la veía y amaba verla tranquila jugando y se asombraba con su ingenio.
Cuando finalmente aprendió a escribir, la parte de atrás de su cuaderno se convirtió en su lienzo impregnado de su mundo de fantasía y maravillosos personajes.