Todos en algún momento hemos caído en la sensación de haber sido engañados a primera vista. Sí, porque nos sentamos a ver como se visten las personas, que perfume usa, y en qué vehículo se transporta.
Lo más triste es que al final terminamos decepcionados y sin ganas de volver a lo mismo.
La gente suele acercarse a esas personas que se ven muy bien y que tienen gestos de superioridad, cuando las personas de cierto nivel económico suelen ser humildes y no suelen usar ciertas clases de ropas y hasta la educación se puede ver a flor de piel. Qué diferencia tan grande y cuanta gente decepcionada.
Pero también existen personas que no tenemos ni en que caernos muertas y la gente tiene la percepción de que somos adinerados y es por lo mismo, las apariencias engañan, y a pesar de los años seguimos cayendo en lo mismo.
Seamos más conscientes, me ha tocado tratar con ciertas personas adineradas y me he dado cuenta, de que la calidad humana y esa calma con la que viven, no es lo que todos creemos. Y cuando nos encontramos con personas pedantes y que nos miran por encima del hombro, son esas que no tiene educación y que han llegado aplastando a los demás y no conocen el trabajo en equipo.
Mientras que las personas adineradas que se muestran humildes siempre tiene la capacidad de escuchar lo que tienes que decir y trabaja en equipo por un bien común, otros simplemente se ponen el traje de manda más y se sientan a esperar resultados.
Tratemos de crecer y ser más observadores, para que sepamos cuales personas son lo que muestran o no. Porque por lo aprendido las apariencias engañan y la decepción puede ser un trago muy amargo.
Lo más difícil de todo esto es cuando llegas al momento de la verdad, en especial aquellos que se dan cuenta de que esas personas que frecuentan toman prestado y hasta se endeudan para llenarle los ojos a los demás, o hasta de que toman prestados los vehículos de amigos y parientes para continuar con engañando con las apariencias. Debo reírme porque he visto a mujeres rechazar a ciertos caballeros por la vestimenta y cuando lo ven montarse en un Porsche o uno de esos vehículos caros y hasta tomar las bebidas más caras. Pero hay de todo en la viña del Señor.